FÚTBOL EN
NUEVA CALEDONIA
Superficie Puesto
155.º
• Total 18 5751 km²
Población (2017)
• Total 278 500 hab.
• Densidad 12,5 hab/km²
La palabra
Caledonia es el nombre en latín que designaba a la región que actualmente
corresponde a Escocia, en el Reino Unido, y por ese motivo el navegante
británico James Cook nombró a la región recién descubierta «Nueva Caledonia».
La palabra no proviene, pues, de Kanaka, un vocablo oceánico que significa
«humano», usado por los habitantes del Pacífico para referirse a sí mismos,
sino del latín.
NUEVA CALEDONIA
El
ñame está presente en todos los eventos importantes como nacimientos,
matrimonios.
Dumbea
tiene un festival que se centra en la creación de una tortilla gigante
El
Triatlón de NC es un evento deportivo importante, al que asisten atletas de
todo el mundo.
Noche
de los Museos: Cada año, a mediados de mayo.
La
Great Lagoon Regatta de Nueva Caledonia es un evento náutico internacional
Nouméa
celebra un carnaval a mediados de agosto todos los años-
Existen
jerarquías de personas: de alto rango (amos de la tierra y jefes) y los de
estatus inferior.
Todos
los canacos son oficialmente católicos o protestantes.
Mantienen
una creencia en una presencia ancestral inmanente bajo diversas formas o tótems
El
pescado es el principal alimento básico de los isleños del Pacífico.
Índice
de desarrollo humano (IDH), lugar en el mundo: 44
La Superliga de Nueva Caledoniaes la división superior de Nueva Caledonia, territorio
de Ultramar de Francia. Se juega como una liga a doble vuelta entre los
primeros cuatro clubes de la División de Honor de Grande Terre, y los campeones
de la Iles. El campeón clasifica a la Liga de Campeones de la OFC, mientras que
el último desciende a Segunda División. Sus clubes son también elegibles para
jugar la Copa de Francia.
Últimos
Campeones
2011 AS Mont-Dore
2012 AS Magenta
2013 FC Gaïtcha
2014 AS Magenta
2015 AS Magenta
2016 AS Magenta
2017 Hienghène Sport
2018 AS Magenta
2019 Hienghène Sport
2020-21 AS
Tiga Sport
2021 Hienghène
Sport
2022 AS Tiga Sport
Equipos
más ganadores:
AS Magenta 11 títulos, JS Baco 8, Impassible FC 5, FC Gaitcha 4, AS Mont-Dore 4
Tabla
Histórica de Puntajes
1 AS Magenta 624
2 Hienghène
Sport600
3 AS
Lössi 515
4 AS
Mont-Dore 467
5 AS
Tiga Sport 430
6 SC
Ne Drehu 421
7 AS
Wetr 384
8 Gaïtcha
FCN 258
9 Horizon
Patho 197
10 Thio Sport 161
Goleadores
en los últimos campeonatos
2021 Nemia Magenta 16
2022 Lues Waya Tiga Sport 24
2023 Jordan Wetria Hienghène
Sport 12
AS Magenta
El Association
Sportive Magenta es un club de fútbol de Numea, Nueva Caledonia, fundado en
1953 y que juega en la Superliga de Nueva Caledonia.
Es club más
laureado del fútbol Neocaledonio ganando la Superliga de Nueva Caledonia 11
veces y la Copa de Nueva Caledonia en 11 oportunidades, siendo así el máximo
ganador de ambas competiciones. También junto al Hienghène Sport son los únicos
dos clubes de Nueva Caledonia que disputaron una final de la Liga de Campeones
de la OFC.
Fundado como ASLN
Nouméa, en varias ocasiones la liga nacional y la Copa de Nueva Caledonia
Hienghène
Sport
El Hienghène Sport
es un club de fútbol de la ciudad de Hienghène en Nueva Caledonia, Francia.
Actualmente se desempeña en la Superliga de Nueva Caledonia.
A pesar de haber
estado varios años consecutivos en Segunda División, actualmente juega en la
Superliga de Nueva Caledonia, máxima categoría de la colectividad francesa.
Entre sus éxitos
más destacables a nivel local, se encuentran 2 Superligas de Nueva Caledonia,
conseguidas en 2017 y 2019; y 3 Copas de Nueva Caledonia, obtenidas en 2013,
2015 y 2019.
En 2019, consiguió
el trofeo más importante de su historia, la Liga de Campeones de la OFC, siendo
también el mayor logro en la historia de Nueva Caledonia, al ser el primer
equipo del país en ganar un torneo internacional. En aquella final derrotó por
1-0 al también neocaledonio AS Magenta.1
Gracias a su
victoria, se clasificó a la Copa Mundial de Clubes disputada en Catar,
enfrentándose en la primera ronda al local Al-Sadd.
La selección de fútbol de Nueva
Caledoniaes el equipo representativo del Territorio
de Ultramar de Francia de Nueva Caledonia en las competiciones oficiales. Su
organización está a cargo de la Federación de Fútbol de Nueva Caledonia bajo
tutela de la FFF, perteneciente a la OFC y a la FIFA.
La selección
neocoaledonia disputó su primer partido en 1951 frente a Nueva Zelanda, a la
que venció por 2-0. Se volvieron a enfrentar en una serie de amistosos de los
cuales Les Cagous ganaron dos y perdieron los otros dos. Desde entonces, Nueva
Caledonia comenzó a enfrentarse en repetidas ocasiones frente al combinado
neozelandés y a Tahití.
Desde su primer
partido disputado en 1951, obtuvo seis veces la medalla de oro en los Juegos
del Pacífico, siendo el equipo más ganador del torneo; en tres oportunidades la
presea plateada y dos veces la de bronce. En la Copa de las Naciones de la OFC
fue subcampeón en 2008 y 2012, mientras que en 1973 y 1980 se posicionó en
tercer lugar. También participó en la Coupe de l'Outre-Mer.
Datos generales
Código FIFA NCL
Asociación Federación
de Fútbol de Nueva Caledonia
Confederación OFC
Seudónimo Les
Cagous
Dir. técnico Thierry
Sardo1 (Francia) (desde 2015-)
Más goles Michel
Hmaé (22)
Más particip. Pierre
Wajoka (39)
Ranking FIFA Sin
cambios 156.º en julio de 2020
→ Mejor lugar 93.º
en agosto de 2013
→ Peor lugar 188.º
en abril de 2006
Estadio Numa-Daly
Magenta, Numea
Títulos: Oro en
los Juegos del Pacífico (6): 1963, 1969, 1971, 1987, 2007 y 2011
El máximo goleador
es Michel Hmaé, quien con sus 23 goles ayudó a Nueva Caledonia a conseguir la
medalla de plata en Suva 2003 y la dorada en Apia 2007 y Numea 2011. Otros
futbolistas que colaboraron con esas obtenciones fueron Georges Gope-Fenepej,
Cesar Zeoula, Jacques Haeko, goleador de la Copa de las Naciones de la OFC
2012, Pierre Wajoka, Bertrand Kaï y Jean-Patrick y Joël Wakanumuné.
Jugadores
con más Partidos
1 Bertrand Kaï 43 2008–present
2 Emile Béaruné 41 2010–present
3 Joël
Wakanumuné 39 2011–present
Pierre
Wajoka 39 2003–2011
5 César Zeoula
35 2008–present
6 Iamel Kabeu
34 2002–2013
7 Roy Kayara
31 2008–2019
8 Michel Hmaé 28 2003–2011
9 André Sinédo 27 2002–2011
10 Jean-Patrick
Wakanumuné 25 2007–2013
Goleadores
Históricos
1 Bertrand Kaï 23 2008–present
2 Michel Hmaé 22 2003–2011
3 Iamel Kabeu 20 2002–2013
4 Georges Gope-Fenepej 15 2011–present
5 Pierre Wajoka 13 2003–2011
6 Jean-Philippe Saïko12 2016–present
7 Joris Pibke 11
2000–2002
8 Paul Poatinda 10 2003–2004
César Zeoula 10 2008–present
10 Jacques Haeko9
2011–2012
11 orgullos del fútbol en Nueva Caledonia, la tierra de los finalistas de la Liga de Campeones de Oceanía
Por primera vez en
la historia, un club de Nueva Caledonia ganará la Liga de Campeones de Oceanía.
La final se disputa este sábado, pero la isla melanesia ya sabe que uno de sus
representantes ganará la copa. Al fin y al cabo, Magenta y Hienghène Sport fueron
capaces de lograr la mayor hazaña en la semifinal: los clubes de Nueva
Caledonia eliminaron a los favoritos neozelandeses. Mientras que Magenta fue el
responsable de derrotar al Auckland City, vigente campeón continental,
Hienghène Sport cumplió su misión contra el Team Wellington, ganador de la copa
la temporada pasada. Ahora, prometen una decisión memorable en el Stade
Numa-Daly Magenta, casa del equipo local. Será la primera vez desde 2010 (y la
segunda desde la salida de Australia a la AFC) que el principal torneo de
clubes de Oceanía no contará con un equipo de Nueva Zelanda.
El hito de este
fin de semana, sin embargo, no se limita al fútbol de Nueva Caledonia. El
territorio de ultramar, de 278.000 habitantes, todavía tiene su cordón
umbilical unido a Francia, pero es independiente en el fútbol. La federación
local existe desde 1928 y fue admitida por la FIFA en 2004, incorporando a la
selección nacional a las Eliminatorias. Antes de eso, algunos jugadores de la
isla construyeron carreras impresionantes en el fútbol francés e incluso
alcanzaron la cima de la Copa del Mundo. Y la impresión es que, incluso con la
liga amateur del país, es posible evolucionar. Las selecciones de base dan
estas indicaciones. Horas antes de la última alternativa, presentamos un poco
de la historia de los neocaledonios sobre el terreno de juego. Verificar:
– Christian
Karembeu, el más grande
Christian Karembeu
no es una estrella, pero su currículum habla por sí solo. Naturalmente, se ha
convertido en el mayor símbolo del fútbol en Nueva Caledonia. El centrocampista
es de origen canaco, el pueblo indígena de la isla, y nació en el seno de una familia
de 18 hermanos en la ciudad de Lifou. Comenzó a jugar al fútbol en su propia
tribu, antes de desarrollar su talento en la escuela y unirse al Gaïtcha, un
club de la capital, Numea. A partir de ahí, tendría la oportunidad de jugar en
las categorías inferiores del Nantes y abandonar el Pacífico a los 18 años,
tras pasar por los tradicionales rituales canacos. Se convertiría en uno de los
principales jugadores del fútbol francés.
Dueño de un estilo
de juego muy físico, Karembeu se hizo profesional con el Nantes en 1990. Su
gran éxito con el club llegó en la temporada 1994/95, ganando la Ligue 1 como
pilar de un equipo ofensivo y letal. Su éxito con Canarias le llevaría a la
Sampdoria, hasta que despertó el interés del Real Madrid en enero de 1998. Estuvo
tres temporadas en el Bernabéu, ganando dos Ligas de Campeones. Aunque sólo
llegó en la recta final, marcó tres goles en los octavos de final por el título
en 1998. También jugaría en el Middlesbrough y sería un ídolo en el Olympiacos,
antes de poner fin a su carrera en el Servette y el Bastia.
Los principales
recuerdos de Karembeu sucedieron en la selección francesa. Obtuvo su primera
convocatoria en 1992. Su impacto con el Nantes le aseguró una plaza en la
Eurocopa de 1996, antes de ganar el Mundial de 1998. Dio vigor al lado derecho
del centro del campo, formando un trío junto a Emmanuel Petit y Didier
Deschamps. Suplente, también formó parte del equipo que ganó la Eurocopa en
2000. Jugó 53 partidos con los Bleus, despidiéndose de la selección nacional en
2002. A pesar de su importancia, se negó a cantar la Marsellesa, debido a las
referencias a el pasado del país. Su bisabuelo incluso fue llevado a París en
1931, junto con otros canacos, para ser presentado como “caníbal” en una
exposición colonial del gobierno. Aún así, el bisnieto logró escribir otra
historia para su pueblo. Embajador de la Confederación de Oceanía, celebró en
Numea un partido amistoso con sus antiguos compañeros de 1998, 20 años después
del título mundial.
– Caso Marc
Kanyan, un pionero
Situada en
Córcega, Bastia tiene una conexión histórica con los jugadores de Nueva
Caledonia. Varios deportistas nacidos en el Pacífico lograron éxitos en el club
mediterráneo. El pionero fue el delantero Marc Kanyan Case. A los 19 años ganó
los Juegos del Pacífico de 1963 con la selección de Nueva Caledonia y fue
transferido al Gazélec Ajaccio. Allí pasó a formar parte del equipo amateur
francés, que compitió en los Juegos Olímpicos de 1968. El traslado a Bastia se
produjo en 1969, marcando 58 goles en 182 partidos con el club.
Porque el veterano
seguiría teniendo una curiosa importancia tras retirarse. Era amigo de Paul
Karembeu, el padre de Christian. Él fue quien le consiguió una prueba al chico
en Nantes. Tras el visto bueno del centrocampista, Kanyan Case aún tuvo que
insistir con la madre del prodigio hasta que ésta aceptó el traslado del
adolescente a Europa. Finalmente, el exdelantero incluso incursionó en la
política durante la última década. Parlamentario en Nueva Caledonia, es uno de
los líderes contra la independencia de la isla, votó en noviembre de 2018. El
“no” ganó el referéndum con el 56,4% de los votos.
– Jacques Zimako,
el primero del equipo principal
Cuando Kanyan
Case todavía jugaba en el Bastia, el club incorporó a su equipo profesional a
otro jugador de Nueva Caledonia. Se trataba del extremo Jacques Zimako, nacido
en Lifou. Dueño de mucha calidad para golpear la pelota, no tardaría en
despegar. Después de cinco años en Córcega, se trasladó a Saint-Étienne. Junto
a estrellas como Michel Platini y Johnny Rep, ganó la Ligue 1 en 1980/81,
marcando cinco goles en 30 partidos. Además, Zimako también brilló en las
apariciones europeas de los Alviverdes, marcando incluso un gol olímpico (su
especialidad) ante el Aris en la Copa de la UEFA 1978/79. Su moral era tal que
se convirtió en el primer jugador de Nueva Caledonia en ser convocado para la
selección absoluta. Jugó 13 partidos con los Bleus, entre 1977 y 1981,
disputándose las eliminatorias para el Mundial de 1982. También jugaría en el
Sochaux, antes de finalizar su carrera en el propio Bastia.
– Simei Ihily, el
ídolo de Bastia
Si Zimako fue el
nombre más destacado entre los neocaledonios del Bastia, el más presente es el
centrocampista Simei Ihily. Sigue siendo el noveno jugador más jugado del club,
con 255 partidos, 211 en primera división. Su mayor logro llegó en 1981, como titular
en el equipo que ganó la Copa de Francia contra el Saint-Étienne, que contaba
con el propio Zimako en su plantilla. El héroe de aquella decisión fue Roger
Milla, que marcó el gol que dio el título.
– Antoine
Kombouaré, éxito como defensa y entrenador
A partir de los
años 1980, Antoine Kombouaré se convirtió en el principal representante de
Nueva Caledonia en el Campeonato de Francia. El defensa se inició en el Plum
Nouméa, hasta que fue descubierto por el Nantes en 1983. Formaría parte de
equipos competitivos de Canarias y conviviría con futuras estrellas de la
selección, como Marcel Desailly. El apogeo de su carrera, en cualquier caso,
llegó tras su paso al Paris Saint-Germain en 1990. El defensa vivió el primer
ascenso de los parisinos como potencia nacional, gracias al dinero inyectado
por Canal+. Su momento mágico llegó en los cuartos de final de la Copa de la
UEFA 1992/93, cuando marcó un gol en el minuto 51 de la segunda parte y, con la
victoria por 4-1, definió la clasificación ante el Real Madrid tras el 3-1.
Derrota en el Bernabéu. También formó parte del equipo que ganó la Ligue 1 en
1993/94 y fue uno de los capitanes del PSG en la campaña hasta las semifinales
de la Liga de Campeones en 1994/95. Después pasaría por Sion, Aberdeen y Racing
de París, hasta colgar las botas.
En 1999, Kombouaré
inició su carrera como entrenador. Dirigió equipos tradicionales, como
Estrasburgo, Lens y Guingamp. Además, era precisamente el comandante del PSG
cuando llegaron los qataríes para invertir en el club. Campeón de la Copa de
Francia en 2010, fue despedido un tanto prematuramente con la llegada de Carlo
Ancelotti en 2011. Actualmente trabaja en Dijon.
– Dominio en los
Juegos del Pacífico
Incluso antes de
ser admitida por la FIFA, Nueva Caledonia participaba en el torneo de fútbol de
los Juegos del Pacífico, una especie de Olimpiada en la que participan las
islas de la región. Y los neocaledonios pueden considerarse la gran potencia de
la competición. Hay siete medallas de oro, frente a cinco de Tahití y dos de
Fiji. El equipo dominó la competición en las primeras ediciones, estando
presente en las cinco primeras finales. Porque la hegemonía del Cagus (pájaro
típico de la región, que da nombre al equipo) se retomaría en las tres últimas
ediciones, con títulos consecutivos en 2007, 2011 y 2015. Vuelven a ser
favoritos para 2019, con los Juegos alojado en Samoa.
– La hazaña en la
Copa de Naciones 2012
Si la Liga de
Campeones de 2019 representa el mayor logro de Nueva Caledonia entre sus
clubes, la mayor hazaña de su selección nacional tuvo lugar en 2012. Ese año,
los neocaledonios lograron interrumpir la hegemonía de Nueva Zelanda en la Copa
de Naciones de Oceanía, el torneo de selecciones continentales. Los Cagus
lograron su primer subcampeonato en 2008, cuando quedaron en segundo lugar en
el cuadrangular final, por debajo de los neozelandeses. En la siguiente
edición, con el cambio de reglamento, los enanos buscaron su milagro.
Eliminaron a los All Whites en semifinales por 2-0. Bertrand Kaï abrió el
marcador en la segunda parte y, en el tiempo añadido, Georges Gope-Fenepej
acabó con el partido. El problema se dio en la final, cuando el histórico
Tahití de Eddy Etaeta ganó el clásico por 1-0 y, además de levantar la copa, se
confirmó en la Copa Confederaciones 2013.
Aquella edición de
la Copa de Naciones sirvió también de clasificación para las eliminatorias del
Mundial de 2014. Nueva Caledonia se tomó la revancha en Tahití, ganando ambos
partidos en el cuadrangular. Sin embargo, Nueva Zelanda también se tomó la
revancha y, con un 100% de éxito, los All Whites avanzaron a los play-offs del
Mundial. El entrenador de los neocaledonios en ese momento era Alain Moizan,
que dirige Magenta desde 2010. Nacido en Senegal, el excentrocampista jugó en
el Mónaco, Lyon y Saint-Étienne en la Ligue 1, además de formar parte de la
selección francesa. entre 1979 y 1981. Como entrenador, trabajó con equipos
africanos, antes de llegar al Pacífico.– Presencia en el Mundial U17
La selección
adulta de Nueva Caledonia nunca ha competido en el escenario principal de una
competición internacional. Una hazaña lograda por sus muchachos en 2017. Hace
dos años, el Cagus alcanzó el subcampeonato juvenil en Oceanía y, con dos
plazas dedicadas al continente, se clasificó para el Mundial. No fue una
campaña tan mala. Los neocaledonios comenzaron con una derrota contra Francia
por 7 a 1, antes de perder contra Honduras por 5 a 0. Aún con posibilidades en
la ronda final, empataron contra Japón por 1 a 1. Una generación que puede dar
frutos.
– La otra final de
la Liga de Campeones de Magenta
No es la primera
vez que Nueva Caledonia intentará conquistar el título de la Liga de Campeones
de Oceanía. La primera final tuvo lugar en 2005, durante el resurgimiento de la
competición, tras la recreación del Mundial de Clubes. Magenta acabó primero de
su grupo en la fase de clasificación y, en semifinales, venció al Pirae,
tradicional representante de Tahití. Simplemente no fue suficiente para
competir con el Sydney FC, en la última aparición de los australianos en el
torneo. Dirigido por Pierre Littbarski, el club de la A-League ganó por
decisión de 2 a 0. La camiseta número 10 del equipo, Magenta, lo más destacado
fue Pierre Wajoka. Ya retirado, el centrocampista ostenta el récord de mayor
número de partidos con el equipo de Nueva Caledonia, con 39 apariciones.
– La victoria de
Nueva Caledonia en la Copa de Francia
La Copa de Francia
se caracteriza por ser una competición completamente plural. Y, por pluralidad,
se entiende también la participación de los territorios de ultramar del país.
Nueva Caledonia participa en el torneo a partir de la séptima ronda,
representada por el campeón de la copa nacional. Y, a pesar de la fragilidad de
sus equipos, logró la clasificación una vez, en 2010/11. Magenta se enfrentó al
Dunkerque (club famoso especialmente por provocar el embrollo que dio lugar a
la Ley Bosman) y derrotó a su rival de quinta división en los penaltis. Pero el
viaje por la metrópoli no duraría mucho. En la siguiente fase, equivalente a
los dieciseisavos de final, los neocaledonios sucumbieron ante el Paris FC,
entonces tercero.
– Bertrand Kaï, la
referencia local
Por último, cabe
mencionar el nombre más sonado de la final de este sábado. Entre los jugadores
que todavía juegan en Nueva Caledonia, Bertrand Kaï es el mayor ídolo local. El
delantero de 35 años es la principal referencia de Hienghène Sports, llevando
al equipo a la final de la Liga de Campeones de Oceanía. De cualquier manera,
su historia es más amplia. En 2011, se convirtió en el primer futbolista de la
selección de Nueva Caledonia en ser elegido mejor del año en Oceanía, superando
a los destacados de los países más populares. También sería uno de los máximos
goleadores de la Copa de Naciones de 2012, marcando el primer gol en la citada
victoria sobre Nueva Zelanda. Y es precisamente el máximo goleador del equipo,
con 20 goles marcados. En esta Liga de Campeones fue importante en los cuartos
de final, abriendo el marcador en la ajustada victoria ante los fijianos de Ba.
Capitán, podrá levantar la copa contra el Magenta, un club con una historia más
exitosa que el Hienghène.
La familia
Karembeu, de caníbales maltratados en París a ídolos franceses
En 70 años se pasó
de Willy Karembeu, exhibido por las calles como un caníbal, a Christian
Karembeu, ídolo tras ser campeón del Mundial con Francia.
Tolo Leal, 10/10/2013
- 09:14
Setenta años es
mucho tiempo. O no. Según se mire. Desde luego, para la historia que aquí se va
a contar, parece que hubieran sido necesarios varios siglos. Sin embargo, son
sólo 70 años los que transcurren entre unas calles abarrotadas de gente
observando asustada la presencia de un ser extraño, casi de otro mundo, y unas
calles abarrotadas de gente observando cómo otro prácticamente igual se
convierte en un ídolo de masas. Es la historia de la familia Karembeu. La
historia de la velocidad en la que se desarrolla una sociedad. La historia de
cómo y cuánto cambia el sentir, la ilusión, de una gran ciudad.
París. 1931.
Júbilo en las calles. Se está celebrando una de las por entonces habituales
Exposition Coloniale, que tanto gustaban por aquel entonces al mundo
occidental. Porque era una manera de demostrar su supuesta superioridad; de
descubrir mundos que parecían exageradamente lejanos; y sobre todo de
justificar el colonialismo aún presente.
Se afirma que en
aquella exposición de 1931, celebrada en Francia pero con presencia de varias
potencias mundiales como Estados Unidos, Holanda, Portugal, Reino Unido, Japón
o Italia, llegaron a sumarse casi 30 millones de visitantes a lo largo de los
seis meses que duró la celebración. Una auténtica barbaridad. Una muestra del
interés y la curiosidad que despertaba en la gente ese tipo de exhibiciones.
En el objetivo de
mostrar cómo viven, cómo actúan, qué ritos tienen esas gentes de ultramar, se
incluía un humillante desfile a modo de zoológico humano de los nativos de las
colonias. Jaulas que se movían por las calles parisinas, tan distantes, tan
superiores, en la ciudad de las luces, del progreso.
Y entre esas
celdas que desfilan destaca una. Es inevitable que todas las miradas vayan
hacia ella. Un hombre procedente de Nueva Caledonia es mostrado solo, entre
barrotes, como un caníbal, como una bestia de inframundo que se alimenta de
otros hombres como él, que no sabe hablar, sólo gruñir... En el cartel que
colgaba de la jaula podía leerse, además de otros raras costumbres impropias de
un ser humano, su nombre: Willy Karembeu.
Nada de todo aquello
era cierto. Durante el largo viaje en barco hasta París a Willy -y a tantos
otros- le habían enseñado a realizar danzas extrañas, a hablar un dialecto
salvaje. Pero daba igual. A los ojos de la familia occidental que se encontraba
en París disfrutando de tal espectáculo, aquél era un ser al que temer, y que
justificaba sin duda alguna su superioidad y la labor necesaria de la
colonización. Les estaban ayudando a ser mejores personas, a ser personas.
¡Cómo no iban a estar contentos!
Aquel caníbal que no
era caníbal regresó a Nueva Caledonia. Golpeado y humillado por los seis meses
que pasó entre rejas desfilando por París con la vejación ante una ciudad
entera, ante un mundo entero. Era algo que nunca olvidaría. Didier Daeninckx,
autor del libro Cannibale en el que narra esta historia y otras similares con
todos sus pormenores, afirma que "a su regreso no era el mismo. Se había
tornado violento. Todos lo vivían como una vergüenza".
Pese a ello, Willy
Karembeu pudo formar una familia. Con nada menos que 11 hijos. Aunque las
secuelas quedarían para siempre, consiguió seguir adelante. Y de esos hijos,
nació Christian Karembeu, en 1970. Criado entre episodios violentos en su isla
por la independencia, junto a 15 hermanos, y acostumbrado a correr 14 kilómetros
para poder conseguir el pan con el que alimentar a la familia, desde pequeño
llamó la atención por sus dotes para jugar a fútbol.
Christian
Kombouare, el primer jugador de Nueva Caledonia que triunfaría en la liga
francesa, fue el primero en oir hablar de él, y lo reclutó para el Nantes,
entonces una de las mejores canteras del fútbol galo. Así que a los 18 años
Karembeu abandonaba su isla, su mundo, para recalar en la gran metrópoli. Y no
le fue nada mal. Dos años después ya jugaba en el primer equipo, y llamaba a
las puertas de los más grandes de Europa.
Por eso, no es de
extrañar que la Federación Francesa le ofreciera jugar con la selección
absoluta. Pese a unas leves reticencias al principio, por un choque moral más
que evidente, en 1992, mucho antes de labrarse un futuro brillante pasando por
la Sampdoria italiana o el Real Madrid -con el que ganaría la ansiada Séptima-
Christian Karembeu confirmó su decisión. Jugar para la selección francesa, pero
negándose a cantar el himno nacional, ligado a la opresión a sus antepasados.
El silencio se convertía para él en una forma de recuerdo. De homenaje. En
ninguno de los 53 partidos que jugaría con los bleus lo haría. Aunque, como
buen profesional y dedicado a la causa, no dejaría de ganar partidos y títulos
para ellos. Un Mundial y una Eurocopa en dos años. Se dice pronto.
París. 1998.
Júbilo en las calles. Se está celebrando el primer Mundial que consigue Francia
en toda su historia, el cúlmen futbolístico para un país que ama tanto este
deporte. Miles y miles de personas se lanzan a las calles para celebrarlo. Y no
cesan de corear los nombres de sus ídolos, los que les han llevado a la cima.
Entre ellos están los Zidane, Djorkaeff, Deschamps... y un tal Christian
Karembeu. Descendiente de aquellos que sólo setenta años antes eran exhibidos
como una raza inferior. El nieto del caníbal que no era caníbal.